Los imanes pequeños pueden obtenerse por frotamiento de sus extremos con una barra imanada, pero se logra un efecto más uniforme si utilizamos un electroimán potente en forma de herradura.
Los imanes de gran longitud se obtienen arrollando a su alrededor un conducto, por el que se hace pasar una corriente intensa durante pocos segundos.
Los grandes imanes se construyen acoplando láminas delgadas que han sido imanadas por separado para asegurar que el magnetismo se distribuya de manera uniforme por todo el material.
Los imanes con forma de herradura son más permanentes que los imanes rectos. Esto se debe a que sus polos se encuentra próximos y las líneas de fuerza pasan directamente a través de una pequeña capa de aire sin necesidad de hacerlo por el metal, lo que les haría perder más pronto su magnetismo.
La magnetita cuyo nombre proviene de Mágnesia, antigua ciudad de Asia Menor, es un imán natural. Pero si con ella frotamos una barra de acero siempre en el mismo sentido, la barra se transforma en un imán artificial. La zona en la que el imán hace sentir su influencia se llama campo magnético.
La explicación física de como funcionan los imanes, es que cada átomo de hierro es un imán, pues se ha comprobado que en este elemento existen, pequeñas zonas en las que todos los pequeños imanes átomos están ordenados.
